jueves, 22 de agosto de 2013

Soy, otra vez, Pai de media tarde.
Acabo de decidir serlo para siempre, porque perdí 10 años de mi vida convenciéndome de que no era bueno.
Pero ahora lo soy con convicción, con la certeza de hacer de mi desición la más correcta y validarla ante todos. Porque sé lo que soy y lo que valgo y eso es todo lo que se necesita. Es cierto, la vida puede darme sorpresas, pero hay que tomar ciertas precauciones. Yo desde ahora no tengo nada más que a mi familia y esa es la riqueza más profunda y eterna. Porque además no es cualquier familia: es el testimonio vivo del amor aún con todas sus imperfecciones.
Y yo seré feliz.
Porque le pregunté a Dios que debía hacer y el me dijo que yo estaba en esta vida para ser feliz y para hacer feliz a los otros.

Va a ser complejo, pero encontraré el camino. Ahora hay que empezar a explorar.
Tengo tanta libertad y aún no sé que hacer con ella.